Aunque se consumen desde hace siglos en Oriente, en Occidente todavía sorprende la cocina con algas. Y no debería, porque son unos vegetales muy ricos en nutrientes que con un poco de imaginación, pueden adaptarse a la cocina de casa, dándole a nuestra dieta un aporte extra en sales minerales, imprescindibles para el buen funcionamiento de nuestro cuerpo y nuestra mente.
Las sales minerales no las produce nuestro cuerpo y por tanto debe tomarlas de la alimentación. Pero nuestra alimentación actual cada vez es más baja en estos nutrientes, así que resulta muy interesante enriquecer nuestros platos con estas “verduras del mar”, ya que nos ayudan a funcionar mejor y aportarnos más energía con muy pocas grasas.
Las algas se venden principalmente en herbolarios (también en supermercado como el de El Corte Inglés) y se comercializan de origen japonés o español. Aquí os dejo la página de una marca gallega (Algamar) que las produce y explica sus propiedades y usos (yo utilizo sobre todo alga kombu de esta marca).Se venden deshidratadas, por lo que hay que remojarlas o cocinarlas para su consumo y tienen una larga duración.
Su precio puede parecer elevado, pero algunas, como el alga kombu, se utilizan en pequeñas cantidades y dura bastante tiempo.
En algunas recetas incluiremos algunas algas para que probéis con ellas si estáis interesados.
Y si queréis saber más sobre las algas, os recomiendo el libro de Montse Bradford “Algas, las verduras del mar”. Interesantísimo para conocer estos alimentos, y aunque las recetas se centran en comida vegetariana, os pueden inspirar para usarlas en vuestra cocina diaria.
Personalmente para iniciarse, recomiendo el alga kombu, porque es muy fácil de incorporar a la cocina habitual. Se utiliza sobre todo en cocciones largas (estofados, legumbres, purés verdura, caldos …), no da ningún sabor y con una pequeña cantidad es una gran fuente de nutrientes. ¡Animaos a probar!
Me apunto a las algas!!
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